5 de diciembre de 2015

Familia de Cuerda Frotada

Las cuerdas al vibran producen los sonidos, que son reforzados mediante la caja de resonancia.


Violonchelo
Hacer vibrar una cuerda para producir un sonido es una de las formas más antiguas de obtener un tono musical. La cuerda vibrante no produce gran sonido, ya que la distancia que el área proyectada es relativamente pequeña, por lo que se acopla una caja de resonancia para aumentar la sonoridad. Esta caja de resonancia recibe las vibraciones de las cuerdas mediante el puente de apoyo, transmitiéndolas al aire de forma amplificada.

Esta entrada la vamos a dedicar a los instrumentos de cuerda frotada, entre los que encontramos el violín, la viola, el violonchelo y el contrabajo.


El violín, que consta de cuatro cuerdas frotadas con arco, es el instrumento más representativo de la música erudita europea y es el mayor integrante de la orquesta sinfónica, agrupándose en dos bloques de primeros y segundos violines respectivamente.

A pesar de su reducido tamaño, la potencia tímbrica del instrumento es asombrosa, consiguiendo un equilibrio perfecto entre sonidos agudos y graves pudiendo prolongar las notas de forma ilimitada. Está afinado por quintas justas y dependiendo del golpe que el violinista haga con el arco, se pueden obtener gran variedad de efectos. Las cuerdas pueden ser pulsadas con los dedos para realizar pizzicatos. Además, cuentan con una sordina que se monta y desmonta fácilmente.
En la Edad Media la viela de arco, de fondo plano y que contaba de dos a seis cuerdas, es el antepasado del violín, que evolucionó hasta perfeccionar su forma en el siglo XVI. En Cremona surgió una gran tradición de constructores o luthiers, cuyas piezas se han convertido en instrumentos soñados y admirados por los violinistas. Entre ellos se encuentran:
  • Gasparo de Saló (Brescia, 1542-1609)
  • Giovani Paolo Maggini (Brescia, 1580-1603)
  • Andrea Amati (Cremona, 1510-1580)
  • Nicola Amati (Cremona, 1596-1684)
  • Antonio Stradivari (Cremona, 1648-1737)
  • Giuseppe Guarnieri de Gesù (1687-1747)

El arco, por su parte, también ha evolucionado hasta su curvatura actual, que permite una mejor tensión de las crines.


Joshua Bell, Academy of St. Martin in the fields

Todos los compositores le han asignado papeles muy importantes dentro de la orquesta, con pasajes muy significativos y de difícil ejecución, configurando una rica y extensa obra. Entre los conciertos de Antonio Vivaldi, destaca el Concerti Grossi. Las sonatas de Beethoven y de Brahms dotan al instrumento de un relevante sitio en la orquesta. Entre los conciertos más representativos podemos escuchar el Concierto en Re  o la Serenata Melancólica de Tchaikovski, sin olvidar los tres conciertos de Bruch, como el Concierto Nº 1.

La viola es un instrumento semejante al violín, aunque está afinado a una quinta descendente. Tiene una técnica de interpretación idéntica a la del violín, pero su tastiera (superficie sobre la que se presiona las cuerdas de la mano izquierda, llamada diapasón) es mayor. Su timbre, poco brillante y levemente nasal es, a su vez, delicado, melancólico y lánguido.

Comparte antepasados con el violín, pero la viola de braceo (apoyada en el antebrazo o en el muslo) o la viola d'amore son algunas de las variantes del instrumento primitivo.


Tabea Zimmermann, Academia de Música Hans Eisler (Berlín)

Usada como instrumento de relleno armónico o de acompañamiento, durante el último siglo ha ganado apoyo entre los compositores que le han dotado de importantes pasajes orquestales. Gluck fue el primero que le asignó partes importantes en sus obras. William Primrose (1903-1982) fue un violista que contribuyó notablemente a que el instrumento fuera adquiriendo más importancia. Béla Bartok compuso un Concierto dedicado a Primrose, muy interpretado en la actualidad. Entre las grandes obras para el instrumento destacan las Sonata y el Concierto de Hindemith, la obra Harold en Italia de Berlioz, la Sonata Op. 49 de Rubinstein o la melodía de Sancho Panza de la composición Don Quijote de Richard Strauss.

El violonchelo necesita ser sostenido entre las rodillas del ejecutante, ya que es muy voluminoso, sostenido por la pica en el suelo. Es un instrumento de cuatro cuerdas que remplazó a la viola de gamba a partir del siglo XVII. Es el tenor de las cuerdas, aunque en los cuartetos de cuerda actúa como el bajo. Está afinado como la viola, pero una octava descendente, por lo que utiliza la clave de fa. Su arco es más corto que el del violín, pero más voluptuoso.
El timbre del violonchelo es una ensoñadora y admirada voz solista dentro de la orquesta. Su registro grave destaca por ser oscuro y misterioso, adquiriendo gran presencia conforme a la intensidad dinámica. Dependiendo del tipo de arco utilizado, la presión o el sitio, se pueden obtener distintos timbres; a la vez que sonidos armónicos y pizzicatos.


Truls Mørk, Philharmonique de Radio France

Surgió en Italia en el siglo XVII, encontrando un lugar en la orquesta de la ópera imperial de Viena. Los luthiers Saló y Amati le dieron la forma con la que hoy se le conoce, perfeccionada por Stradivari.
Haydn y Mozart le asignaron algunos fragmentos importantes, pero Beethoven fue el compositor que destacó su resonancia. Por su parte, Heitor Villa-Lobos compuso obras muy relevantes para violonchelo. Schumann, Schoenberg, Dvorak, Saint-Säens, Hindemith, Elgar y Barber compusieron conciertos para violonchelo.

El contrabajo es el bajo de la familia de las cuerdas. Tiene una altura de un metro ochenta por lo que para tocarlo es necesario hacerlo de pie o sentado en un taburete alto. Las cuatro cuerdas del instrumento son muy gruesas, por lo que los contrabajistas necesitan tener unos dedos muy fuertes. Su timbre, opaco y severo, es transformado en expresivo en el agudo. Tienen un gran efecto los pizzicatos (muy utilizados en las bandas de jazz), los glissandos e incluso las cuerdas dobles.


Edgar Meyer, Aspen Music Festival and School

Fue utilizado como instrumento de acompañamiento hasta que Domenico Dragonetti, amigo de Beethoven, demostró lo que el instrumento podía hacer. A raíz de este episodio, Beethoven añadió a sus sinfonías, pasajes rápidos, como puede apreciarse en la Cuarta, Quinta y Novena. Tchaikovsky lo escogió para el inicio de su Sexta Sinfonía; Schubert lo incluyó al comienzo de la Sinfonía Incompleta; y Saint-Säens lo caracterizó como elefante en la obra El Carnaval de los Animales.

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